sábado, 18 de diciembre de 2010

LA MITOLOGÍA EN LA PUBLICIDAD

La mitología siempre ha sido una fuente de inspiración para el mundo de la publicidad. Algunos anuncios y productos son bien conocidos, otros se circunscriben a pequeños negocios de ámbito local. Muchos los lectores quizá conozcan  las marcas, pero ignoran su procedencia. Esta relación pretende dar a conocer algunos de estas marcas y explicar su origen.

LA ESTRUCTURA ES LA SIGUIENTE

PUBLICIDAD (MARCA)

PRODUCTO (PROGRAMA)

SIGNIFICADO (MITOLOGÍA)



Proyecto Apolo

Programas americanos para mandar satélites al espacio. Principal objetivo: llegar a la luna.

Apolo es el dios de la luz  y  el sol, la verdad y la profecía, la música y la poesía.

Hermes

Maletas, bolsos y cinturones.

Hermes es el dios protector de los caminantes y viajeros

Ariadna

Programa espacial europeo.

Ariadna ayudó a  Teseo a destruir al Minotauro en su propio laberinto.

Orión

Coche de la casa Ford. Insecticida

Orión es un gigante cazador, hijo de Poseidón, de fuerza y  belleza extraordinarias
El nombre alude a la fuerza extraordinaria del dios.

Clío

Coche de la casa Renault

Nombre de una de las musas, de la historia y la poesía heroica.

Titán

Marca de pinturas.

Los Titanes eran dioses conocidos por su fuerza. Sugiere fuerza y resistencia.

Centauro

Cuadernos

Ser con la cabeza y el torso humanos pero con el resto del cuerpo de caballo.

Kronos

Relojes.

Evoca a Chronos, la personificación del tiempo.

Pegaso

Camiones de fabricación española.

Alude al caballo alado nacido de las gotas de sangre de la Medusa, fecundada por Poseidón.

Proyecto Atenea

Actividades relacionadas con la informática.

Atenea es la diosa de la inteligencia y la sabiduría.




 


jueves, 9 de diciembre de 2010

PERCY JACKSON Y EL LADRÓN DEL RAYO

PERCY JACKSON Y EL LADRON DEL RAYO        IMAGEN INICIAL


ARGUMENTO

Percy Jackson es un chico de doce años diagnosticado de dislexia y TDAH, que ha sido expulsado de bastantes escuelas. En un viaje con su madre, su mejor amigo Grover, le revela que es un sátiro, urgentemente le dice a la madre de Percy que este debe ir a cierto campamento. Mientras conducían hacia el campamento, son atacados por un minotauro que coge a la madre de Percy. Ella se disuelve en una lluvia dorada de luz mientras Percy y Grover escapan por poco. Percy se despierta y descubre que ha llegado al Campamento Mestizo, un campamento de entrenamiento secreto de semidioses. A partir de entonces, Percy se traslada a la cabaña de Hermes bajo el cuidado de Luke, el jefe de grupo. Durante el Juego de la Bandera, Percy es atacado por los hijos de Ares. Él sana cuando está en contacto con el río fronterizo y se revela como el hijo de Poseidón cuando el tridente de Poseidón aparece sobre su cabeza. Poseidón había roto un juramento con Hades y Zeus después de Segunda Guerra Mundial de no tener más hijos, ya que eran demasiado poderosos. A Percy se le otorga una búsqueda para encontrar el Rayo Maestro de Zeus que Quirón cree Hades ha robado. Sin embargo, Zeus, que ha descubierto que Poseidón había roto el juramento, cree que Poseidón había hecho robar a Percy el Rayo. Percy, que tiene diez días antes del solsticio de verano para encontrar el Rayo, recibe unos zapatos mágicos de Luke antes de salir. Percy, acompañado de Annabeth (hija de [Atenea]) y Grover, decide viajar hacia el oeste hasta llegar a la entrada del Inframundo en Los Ángeles. Se encuentran varios monstruos griegos, y también el dios de la guerra, Ares, quien le dice a Percy que su madre está viva. Al acercarse a la boca del Tártaro, los zapatos de Luke intentan tirar de Grover hacia él, pero se las arregla para deslizarse con sus cascos. Percy se enfrenta a Hades, que también cree que Percy robó el Rayo Maestro, así como su Yelmo de la Oscuridad, que es un objeto que le permite convertirse en una sombra. Esto le permite acercarse sigilosamente a sus oponentes. Percy se da cuenta de que Ares le ha engañado cuando descubre el Rayo en su mochila. Huye del subsuelo, obligado a dejar a su madre. Percy, a continuación, lucha y derrota a Ares por herir el talón de dios. Ares le da a Percy el Yelmo de la Oscuridad que Percy devuelve a Hades. Percy llega a Nueva York para dar el Rayo Maestro a Zeus en la parte superior de Empire State Building, donde se encuentra ahora Olimpo. Zeus acepta el Rayo Maestro y, posteriormente, Percy vuelve al campamento, tras enterarse de que su madre está bien en Nueva York porque Hades la devolvió al recuperar su Yelmo. Percy se encuentra con Luke que le revela que el fue quien robó el Rayo para recuperar a Cronos y derrotar al Olimpo. Después, invoca a un escorpión que pica a Percy y casi lo mata. Quirón le cura y decide dejar el campamento durante los meses escolares para asistir a una nueva escuela encontrada

PERSONAJES MITOLÓGICOS

Seres mitológicos
El film acerca al público el apasionante mundo de la mitología griega, plagado de dioses, semidioses, héroes y otros seres, que escritores como Homero, Ovidio o Apuleyo han perpetuado en la literatura y la cultura de todos los tiempos. Aquí podemos disfrutar de un buena muestra, pues a lo largo de dos horas aparecen personajes como Zeus, Poseidón, Atenea, Quirón, Minotauro, Medusa, las Furias, las Ninfas, Perséfone, Hidra, las hijas de Afrodita, etc.

ZEUS
En la mitología griega Zeus (en griego antiguo Ζεύς Zeús) es el «padre de los dioses y los hombres»,[1] que gobernaba a los dioses del monte Olimpo como un padre a una familia, de forma que incluso los que no eran sus hijos naturales se dirigían a él como tal.[2] Era el Rey de los Dioses que supervisaba el universo.[3] Era el dios del cielo y el trueno. Sus atributos incluyen el rayo, el águila, el toro y el roble. Además de su herencia indoeuropea, el clásico Zeus «recolector de nubes»


POSEIDÓN
Poseidón o Posidón (en griego antiguo Ποσειδῶν) era el dios del mar, las tormentas y, como «Agitador de la Tierra», de los terremotos en la mitología griega. El nombre del dios marino etrusco Nethuns fue adoptado en latín para Neptuno (Neptunus) en la mitología romana, siendo ambos dioses del mar análogos a Poseidón. Las tablillas en lineal B muestran que Poseidón fue venerado en Pilos y Tebas en la Grecia micénica de finales de la Edad del Bronce, pero fue integrado en el panteón olímpico posterior como hermano de Zeus y Hades. Poseidón tuvo muchos hijos y fue protector de muchas ciudades helenas, aunque perdió el concurso por Atenas contra Atenea. Le fue dedicado un himno homérico.

ATENEA
En la mitología griega, Atenea o Atena (en ático Ἀθηνᾶ Athênã o en jónico Ἀθήνη Athếnê; en dórico Ἀσάνα Asána) es la diosa de la sabiduría, la estrategia y la guerra justa. Fue considerada una mentora de héroes y adorada desde la Antigüedad como patrona de Atenas, donde se construyó el Partenón para adorarla. Fue asociada por los etruscos con su diosa Menrva, y posteriormente por los romanos con Minerva.

QUIRÓN
En la mitología griega Quirón o Queirón (en griego antiguo Χείρων Kheírôn, ‘el inferior’ de los hijos de Crono) es un centauro inteligente, sabio y de buen carácter, a diferencia de la mayoría de los de su clase. Era hijo de Crono y de Filira, una hija de Océano, y padre de Ocírroe con la ninfa Cariclo. Quirón vivía en una cueva del monte Pelión, en Tesalia, y fue un gran educador en música, arte, caza, moral, medicina y cirugía, y tutor de los héroes Aquiles, Áyax, Asclepio, Teseo, Jasón, Aristeo, Acteón y Heracles.
Crono, que estaba casado con Rea, se enamoró de Filira. Sin embargo ella lo rechazó y para escapar de su acoso se transformó en yegua. Cuando Crono se enteró, se convirtió a su vez en caballo y consiguió su objetivo; de este amor forzado nació Quirón.
Su fama de médico sabio y prudente corrió por toda Grecia. Quirón conoció a Peleo cuando Acasto, para vengarse de una presunta traición amorosa de éste, le invitó a una cacería durante la cual le robó la espada maravillosa que le había regalado Hefesto y lo abandonó a su suerte entre los centauros. Sin embargo fue salvado por Quirón, que recuperó la espada, profesándose desde entonces una gran amistad entre ambos.
Cuando Peleo se enamoró de Tetis pidió consejo a Quirón para encontrar la forma de seducirla ya que, como todas las nereidas, podía cambiar de forma a su antojo. Quirón le recomendó que una vez que la tocara y la atrapara no la soltase y, así, cuando se volvió calamar, la detuvo de un brazo y no la soltó hasta que regresó a su forma de mujer, con lo cual Peleo pudo tomarla a la fuerza.
Cuando Tetis abandonó a Peleo, éste entregó a Aquiles a Quirón para que lo educara junto con su madre Filira y su esposa, Cariclo, ninfa hija de Apolo. Tetis dejó a Peleo porque éste le recriminó los rituales que hacía sobre Aquiles para dotarlo de inmortalidad, consistentes en quemarlo y luego curar sus quemaduras con ambrosía. Peleo le arrebató a Aquiles sin dar tiempo a que Tetis cubriese con el néctar el talón del niño, y por este motivo entregó a Quirón al niño Aquiles con el talón quemado, así que lo primero que hizo el centauro fue tomar el hueso del talón de Dámiso, un gigante corredor recién fallecido, y con él reemplazar la taba de Aquiles.
Heracles le disparó accidentalmente una flecha envenenada con la sangre de la Hidra en el transcurso de una lucha con los centauros, que huían hacia la morada de Quirón. Éste contrajo una dolorosa herida incurable, que le llevó a ceder su inmortalidad a Prometeo, para poder así morir y escapar del dolor. Fue ascendido al cielo como la constelación Sagitario, localizada en la elíptica del Zodiaco y que se puede ver desde el hemisferio norte, o según otras fuentes Centaurus.
Algunas fuentes especulan con que Quirón fuese originalmente un dios tesalio, posteriormente subsumido en el panteón griego como un centauro.
Se considera también a Quirón como el primer veterinario, ya que usaba sus grandes conocimientos médicos para curar criaturas de todas las especies

MINOTAURO
El Minotauro (del griego Μινόταυρος, Minótauros), era un monstruo con cuerpo de hombre y cabeza de toro. El mito tiene su versión más completa en la Biblioteca mitológica de Apolodoro.[1] Su nombre significa "Toro de Minos", y fue concebido de la unión entre Pasífae y un magnífico toro con motivo de una afrenta divina. Fue encerrado en un laberinto diseñado por el artífice Dédalo, hecho expresamente para retenerlo,[2] ubicado probablemente en la ciudad de Cnosos en la isla de Creta. Por muchos años, hombres y mujeres eran llevados al laberinto como sacrificio para ser el alimento de la bestia hasta que la vida de ésta terminó en manos del héroe Teseo
Nacimiento del Minotauro
Existen varias versiones acerca de la afrenta que ocasionó que la esposa de Minos, Pasífae, tuviera la necesidad de unirse al toro de Creta. La versión más extendida dice que Minos, hijo de Zeus y de Europa, pidió a Poseidón apoyo para suceder al rey Asterión de Creta frente a sus hermanos Radamantis y Sarpedón y ser reconocido como tal por los cretenses. Poseidón lo escuchó e hizo salir de los mares un hermoso toro blanco, al cual Minos prometió sacrificar en su nombre.Sin embargo, al quedar Minos maravillado por las cualidades del hermoso toro blanco, lo ocultó entre su rebaño y sacrificó a otro toro en su lugar esperando que el dios del océano no se diera cuenta del cambio. Al saber esto Poseidón, se llenó de ira, y para vengarse, inspiró en Pasífae un deseo tan insólito como incontenible por el hermoso toro blanco que Minos guardó para sí.

MEDUSA
En la mitología griega, Medusa (en griego antiguo Μέδουσα Médousa, ‘guardiana’, ‘protectora’)[1] era un monstruo ctónico femenino, que volvía de piedra a aquellos que la miraban. Fue decapitada por Perseo, quien después usó su cabeza como arma[2] hasta que se la dio a la diosa Atenea para que la pusiera en su escudo, la égida. Desde la antigüedad clásica, la imagen de la cabeza de Medusa aparece representada en el artilugio que aleja el mal conocido como Gorgoneion

LAS ERINIAS (LAS FURIAS)

En la mitología griega, las Erinias (en griego antiguo Έρινύες Erinúes, de ἐρίνειν erínein, ‘perseguir’) eran personificaciones femeninas de la venganza, que perseguían a los culpables de ciertos crímenes. También se les llamaba Euménides (en griego antiguo Εύμενίδες, ‘benévolas’), antífrasis usada para evitar su ira cuando se pronunciaba su verdadero nombre. Según la tradición, este nombre se habría utilizado por primera vez tras la absolución de Orestes por el Areópago (que se describe más adelante), y luego se usó para aludir al lado bueno de las Erinias.
En Atenas se usaba también eufemísticamente la perífrasis σεμναί θεαί semnai theai, ‘venerables diosas’. También se aludía a ellas como χθόνιαι θεαί chthóniai theaí, ‘diosas ctónicas’, y se les aplicaba el epíteto Praxídiceas (Πραξιδικαι), ‘ejecutoras de las leyes’. Por último, en la mitología romana se les conoce como Furias (en latín Furiæ o Diræ, ‘terribles’).

Las Erinias son fuerzas primitivas anteriores a los dioses olímpicos, por lo que no se someten a la autoridad de Zeus. Moraban en el Érebo (o en el Tártaro según la tradición), el inframundo, del que sólo volvían a la Tierra para castigar a los criminales vivos, sometiendo mientras a torturas sin fin a los eternamente condenados. A pesar de su ascendencia divina, los dioses del Olimpo muestran una profunda repulsión hacia estos seres que no toleran. Por su parte, los mortales las temen y huyen de ellas. Es esta marginación y la necesidad de reconocimiento que implica lo que, en la obra de Esquilo, llevará a las Erinias a aceptar el veredicto de Atenea, a pesar de su inagotable sed de venganza.
Se representa a estas hórridas deidades vengadoras como genios femeninos con serpientes enroscadas en sus cabezas entre el pelo, portando látigos y antorchas, y con sangre manando en lugar de lágrimas en los ojos. También se decía que tenían grandes alas de murciélago o pájaro, o el cuerpo de un perro.
Solían ser comparadas con las Gorgonas, las Grayas y las Arpías debido a su espantosa y oscura apariencia y al poco contacto que mantenían con los dioses olímpicos. Atormentan a los que hacen el mal, persiguiéndolos incansablemente sobre la Tierra hasta volverlos locos. En un sentido más amplio, la Erinias representan la rectitud de las cosas dentro del orden establecido, protectoras del cosmos frente al caos. En la Ilíada privan de la palabra a Janto, el caballo de Aquiles, por culpar a los dioses de la muerte de Patroclo y privan de descendencia a Fénix. El filósofo Heráclito decía que si Helios decidía cambiar el curso del Sol a través del cielo, ellas le impedirían hacerlo.
Un mito cuenta que Tisífone se enamoró de Citerón, y terminó provocando su muerte por mordedura de serpiente, concretamente de una de su cabeza.

LAS NINFAS
En la mitología griega, una ninfa (en griego antiguo νύμφα) es una deidad menor de la naturaleza, típicamente asociada a un accidente geográfico o lugar concreto, a pesar de lo cual eran designadas por el título de olímpicas, convocadas a las reuniones de los dioses en el Olimpo y descritas como hijas de Zeus. Diferentes de los dioses, las ninfas suelen considerarse espíritus divinos que animan la naturaleza, y ser representadas en obras de arte como hermosas doncellas, desnudas o semidesnudas, que aman cantar y bailar; poetas posteriores las describen a veces con cabellos del color del mar.[1] Se creía que moraban en la tierra: en arboledas, en las cimas de montañas, en ríos, arroyos, cañadas y grutas.[2] Según el lugar que habiten, se les llama Agrónomos (ἀγρονόμοι),[3] Orestíades (ὀρεστιάδες)[4] y Náyades (νηϊάδες).[5] Son muy longevas, pero no necesariamente inmortales.
Homero las describe con más detalle presidiendo sobre los juegos, acompañando a Artemisa,[6] bailando con ella, tejiendo en sus cuevas prendas púrpuras y vigilando amablemente el destino de los mortales.[7] A lo largo de los mitos griegos actúan a menudo como ayudantes de otras deidades principales, como el profético Apolo, el juerguista dios del vino Dioniso y dioses rústicos como Pan y Hermes. Los hombres les ofrecían sacrificios en solitario o junto con otros dioses, como por ejemplo Hermes.[8] Con frecuencia eran el objetivo de los sátiros.
El matrimonio simbólico de una ninfa y un patriarca, a menudo el epónimo de un pueblo, se repite sin fin en los mitos fundacionales griegos; su unión otorgaba autoridad al rey arcaico y su linaje.

PERSÉFONE En la mitología griega, Perséfone (en griego antiguo Περσεφόνη Persephónē ) es hija de Zeus y de Deméter (ἡ Μητὴρ hê Mêtềr, ‘la madre’). La joven doncella, llamada hasta entonces Core (Κόρη, ‘hija’), es raptada por Hades convirtiéndose en la reina del Inframundo.
Perséfone es su nombre en la literatura épica de la Grecia jónica. En otros dialectos era conocida por otros nombres, como Persephassa o Persephatta. Homero la llama Persephoneia (Περσεφόνεια). Los romanos tuvieron noticia de ella por primera vez a través de las ciudades eólicas y dóricas de la Magna Grecia, donde usaban la variante dialéctica Proserpina.
De ahí que en la mitología romana fuese llamada Proserpina, y como tal llegase a convertirse en un personaje emblemático del Renacimiento.

HIDRA
En la mitología griega, la Hidra de Lerna (en griego antiguo Λερναία Ὕδρα) era un antiguo y despiadado monstruo acuático ctónico con forma de serpiente policéfala (cuyo número va desde 3 o 5 hasta 100 e incluso 10.000 según la fuente) y aliento venenoso (Higino, 30) a la que Heracles mató en el segundo de sus doce trabajos. Su guarida era el lago de Lerna en el golfo de la Argólida (cerca de Nauplia), si bien los arqueólogos han confirmado que este lugar sagrado es anterior incluso a la ciudad micénica de Argos, pues Lerna fue el lugar del mito de las Danaides. Bajo sus aguas había una entrada al Inframundo que la Hidra guardaba.[1]
La Hidra era hija de Tifón y la Equidna. Fue criada por Hera bajo un plátano cerca de la fuente Amimone en Lerna. Se decía que era hermana del León de Nemea y que por ello buscaba venganza por la muerte de éste a manos de Heracles. Por esto se decía que había sido elegida como trabajo para Heracles, de forma que éste muriese. También tenía siete cabezas y si se le cortaba una salían dos más.

Afrodita (en griego antiguo Ἀφροδίτη) es, en la mitología griega, la diosa del amor, la lujuria, la belleza, la prostitución y la reproducción. Aunque a menudo se alude a ella en la cultura moderna como «la diosa del amor», es importante señalar que normalmente no era el amor en el sentido cristiano o romántico, sino específicamente Eros (atracción física o sexual). Su equivalente romana es la diosa Venus.
La ‘surgida de la espuma’ Afrodita nació de la espuma del mar cerca de Pafos (Chipre) después de que Crono cortase durante la Titanomaquia los genitales a Urano con una hoz adamantina y los arrojase tras él al mar. En su Teogonía, Hesíodo cuenta que los genitales «fueron luego llevados por el piélago durante mucho tiempo. A su alrededor surgía del miembro inmortal una blanca espuma y en medio de ella nació una doncella» ya adulta. Este mito de Venus (el nombre romano de Afrodita) nacida adulta, Venus Anadiómena (‘Venus saliendo del mar’),[13] fue una de las representaciones icónicas de Afrodita, famosa por la admiradísima pintura de Apeles, hoy perdida, pero descrita por Plinio el Viejo en su Naturalis Historia.
Por esto, Afrodita es de una generación anterior a la de Zeus. Homero cuenta en el libro V de la Ilíada otra versión sobre su origen, según la cual sería hija de Dione, quien era la diosa oracular original («Dione» significa simplemente ‘diosa’, forma femenina de Δíος, ‘diosa’, el genitivo de «Zeus») en Dódona. Según Homero, Afrodita, aventurándose en batalla para proteger a su hijo Eneas, es herida por Diomedes y vuelve con su madre, postrándose de rodillas para ser reconfortada. «Dione» parece ser equivalente a Gea, la Madre Tierra, a quien Homero trasladó al Olimpo y alude a un hipotético panteón protoindoeuropeo original, con dios jefe (Di-) representado por el cielo y el rayo y la diosa jefa (forma femenina de Di-) representada como la tierra o el suelo fértil. La propia Afrodita fue llamada a veces «Dione». Una vez que el culto a Zeus hubo usurpado el oráculo-robledo de Dódona, algunos poetas lo tuvieron por padre de Afrodita.
El principal centro de adoración a Afrodita permaneció en Pafos, al suroeste de la costa de Chipre, donde la diosa del deseo había sido adorada desde mucho tiempo atrás como Ishtar y Astarté. Se dice que desembarcó tentativamente primero en Citera, un lugar de parada para el comercio y la cultura entre Creta y el Peloponeso. Así quizás tengamos pistas del camino del culto original a Afrodita desde el Levante hasta el continente griego.
Algunos autores consideran que Afrodita era hija de Talasa, la personificación femenina del mar, y Zeus.